Lema de P. Arturo

"Amar y hacer amar a Jesús, a la Iglesia, al Papa y a las almas, con María, por María y en María"

miércoles, 26 de junio de 2013

movimiento laical

                                   
 introduccion


El Movimiento de los Focolares es definido como una nueva corriente de espiritualidad centrada en el amor evangélico, para suscitar “la espiritualidad de la unidad” en toda “la familia humana”. El termino “focolar” viene del vocablo italiano “Hogares”. Inspirándose en el hogar de la Sagrada Familia, Chiara Lubich fundó el movimiento de los Focolari, “Hogares” en el sentido etimológico de la llama doméstica, que hoy cuenta con más de dos millones de seguidores en 182 países y se caracteriza por la espiritualidad familiar, la ayuda al prójimo y el diálogo ecuménico e interreligioso basado en la caridad.
Este movimiento a aportado mucho a lo que es el ecumenismo tanto dentro de la Iglesia Católica, así como en las demás religiones milenarias.
A continuación presentaremos un esbozo de lo que es este importante Movimiento católico para la unidad de la humanidad.


movimiento focolares

"Vamos al focolar", decían los pobres y la gente que se sentía amada, cuando querían ir a la casita, donde Chiara Lubich y sus primeras compañeras querían vivir las Palabras del Evangelio, poniéndolo en práctica: "ama a tu prójimo como a ti mismo"  y ¿quién es mi prójimo? Se preguntaban, es ese pobre que no tiene que comer, es aquella anciana que no logra llegar al refugio, es aquella madre de familia que con sus niños corre para repararse de las bombas… esos son nuestro prójimo y a ellos debemos amar, se decían.
En Trento, al norte de Italia, se usa la palabra focolar, para indicar el calor, el fuego, de la chimenea, donde se reúne la familia para estar juntas por el frío, durante el invierno.
El fuego, el calor que los pobres sentían en esa casita, era el amor, que Jesús hace mucho años quiere que ya empiece a arder, primero en nuestros corazones para luego incendiar el mundo.
Dice Chiara Lubich: En un refugio antiaéreo, abrimos el Evangelio en una  página cualquiera; se trata del Testamento de Jesús:"Que todos sean uno, Padre, como yo en Ti". Aquellas palabras parecían iluminarse. Aquel "todos" habría sido nuestro horizonte. Aquel proyecto de unidad, la razón de nuestra vida.

¿Cómo nace este Movimiento? 
Es en el marco de odio y de violencia del segundo conflicto mundial que se enciende la chispa inspiradora: el "descubrimiento fulgurante" del Único que "ninguna bomba puede destruir": Dios. Dios, experimentado como Amor, cambia radicalmente la vida de Chiara Lubich, quien tenía entonces poco más de veinte años. Una experiencia que enseguida es comunicada y compartida por sus primeras compañeras.

A los refugios antiaéreos llevan sólo el Evangelio. Allí encuentran el "cómo" responder al Amor.  En aquel período Chiara misma escribe: "Cada día vivimos nuevos descubrimientos: el Evangelio se convierte en nuestro único libro, única luz de vida".

En el mandamiento del amor recíproco descubren la ley para recomponer la fraternidad de la sociedad disgregada. "Ponemos todo en común: cosas, casas, ayuda, dinero. La vida es otra".

Con maravilla, aquel primer grupo experimenta la fuerza, la luz, el valor, el amor que dona la presencia de Jesús por Él prometida cuando dos o tres se reúnen en Su nombre (Mt. 18-20).  Una luz que ilumina la última oración de Jesús al Padre: "Que todos sean uno". Este proyecto de Dios sobre la familia humana se convierte en el programa de sus vidas: "La unidad entre nosotras se vuelve como un trampolín que nos impulsa hacia donde no hay unidad para suscitarla".

Los efectos:
 "Cada día crecen a nuestro alrededor personas de todas las edades y condiciones sociales. Se apagan odios y rencores. Muchas familias se recomponen". Nace la certeza de que en el Evangelio está la solución de cada problema, individual o social.

Un Movimiento: Muy pronto aquel primer grupo se convierte en un Movimiento que suscita una renovación espiritual y social. En más de 67 años de vida ha alcanzado una difusión mundial (182 países), con dos millones y medio de adherentes y una irradiación de algunos millones, difícilmente cuantificable.
Chiara Lubich, su fundadora- ella misma subraya que el Movimiento "no ha sido diseñado por una mente humana, sino que es el fruto de un carisma que viene de lo Alto. Nosotros tratamos de seguir, a través de las circunstancias, la voluntad de Dios día tras día".
Un Movimiento eclesial - Los Focolares se injertan en el actual fenómeno de florecimiento de Movimientos Eclesiales originados por un "carisma preciso donado a la persona del fundador" (Juan Pablo II) es decir por "un don del Espíritu" que incesantemente suscita "la novedad del cristianismo" (card. Ratzinger). Juan Pablo II reconocerá en el carisma de Chiara Lubich, un "radicalismo del amor" y en el Movimiento los lineamientos de la Iglesia del Concilio, abierta a los varios diálogos (19.8.1984).
Espiritualidad de la unidad: "Mientras creíamos vivir simplemente el Evangelio -escribe todavía Chiara Lubich-inadvertidamente el Espíritu iba subrayando algunas Palabras que debían llegar a ser los principios operantes de una nueva corriente espiritual: la espiritualidad de la unidad".

Es a partir de esta espiritualidad, que se convierte en el estilo de vida de personas de todas las edades, categorías, vocaciones y culturas, que se desarrolla el Movimiento. En su corazón están los 'focolares', pequeñas comunidades masculinas o femeninas, compuestas por laicos, vírgenes y casados, totalmente donados a Dios según su estado, comprometidos en primer lugar en mantener viva la presencia del Resucitado, por Él prometida cuando "dos o tres se reúnen en Su nombre".

Finalidad: En el actual cambio histórico, compartiendo con la humanidad la difícil gestación de una nueva civilización globalizada, interdependiente, multicultural y multirreligiosa, el Movimiento se ha comprometido, junto a muchas otras fuerzas que se mueven en esa dirección, a componer en unidad la familia humana, enriquecida por la diversidad.

Instrumentos de unidad: Principalmente los "focolares", reunidos por "zonas", que convergen en un único "Centro Internacional". Poco a poco, del único árbol, nacen numerosas ramificaciones entre las cuales movimientos de vasto alcance, que lanzan semillas de renovación en distintos ámbitos de la sociedad y de la Iglesia abriendo espacios de fraternidad y de unidad: Humanidad Nueva, Familias Nuevas, Jóvenes por un Mundo Unido, Chicos por la Unidad, Movimiento parroquial y diocesano, Movimiento sacerdotal, Movimiento de los religiosos y religiosas, pertenecientes a diversas Congregaciones.

Vía a la unidad: los diálogos
El diálogo a nivel de individuos, personalidades y Movimientos, comunidades y grupos, se delinea como la vía privilegiada para promover la unidad: dentro de la propia Iglesia para profundizar la comunión entre los Movimientos Eclesiales, las nuevas comunidades y las asociaciones laicales, con los carismas antiguos y nuevos de las congregaciones religiosas; entre las Iglesias cristianas, para entretejer relaciones de comunión fraterna y de testimonio común, que hacen caer prejuicios y abren un diálogo de vida, del pueblo, cual levadura para acelerar el camino hacia la unidad visible de los cristianos; con el hebraísmo, para sanar las heridas de siglos y redescubrir el patrimonio y las raíces comunes; entre las religiones, para construir un mundo fraterno basado en los valores del espíritu; con personas de convicciones no religiosas, para colaborar, sobre la base de los valores comunes y del respeto de los derechos humanos, en los campos de la solidaridad y de la paz.
En lo social: La reciprocidad del amor hasta construir la unidad se revela como el "código" para transformar la sociedad, imprimiendo la dimensión de la comunión, de la solidaridad en los varios ámbitos de la sociedad, como: la política, la economía, la moral pública y la ética social, la salud, el orden social, el arte, la educación, la cultura, la comunicación social, las relaciones entre los pueblos. De especial relevancia:

Reconocimientos: 
Por el trabajo a favor del diálogo, de la unidad y de la paz, han sido otorgados varios reconocimientos al Movimiento, a través de la persona de Chiara Lubich, por parte de: responsables de las diversas Iglesias: ortodoxa, anglicana y evangélico-luterana; representantes de varias religiones: hebreos e hindúes; organismos civiles, nacionales e internacionales: entre los cuales la UNESCO, el Consejo de Europa, Universidades y otras entidades culturales, administraciones comunales.

Obra de María
El Movimiento ha sido aprobado oficialmente por la Iglesia Católica con la denominación "Obra de María". Lleva este nombre porque "por su típica espiritualidad que -según el estilo de María - da espiritualmente a Cristo al mundo, por la variedad de su composición, por su difusión universal, por su relación con cristianos de diversas Iglesias y Comunidades eclesiales, con personas de distintos credos o también de convicciones no religiosas, y por su presidencia laica y femenina, demuestra la especial relación de la misma con María Santísima, Madre de Cristo y de cada hombre". (Estatutos Generales, art. 2)
Estamos presente en Centroamérica, en El Salvador, en San Salvador hay dos focolares, uno masculino y uno femenino. En Honduras y aquí en Guatemala.


Lilian Eugenia Fuentes Galindo
Clave: 12



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