Lema de P. Arturo

"Amar y hacer amar a Jesús, a la Iglesia, al Papa y a las almas, con María, por María y en María"

lunes, 13 de mayo de 2013

Presbyterorum Ordinis, Cristoferd Fernandez; Clave: 10


Introducción
Bueno lo que se presentara continuación es acerca del decreto Presbyterorum Ordinis que trata acerca de las ordenes de los presbíteros y como es la vida de estos.
Este decreto esta dividido en 3 capítulos y nos habla de la misión de los presbíteros en la iglesia, las condiciones que deben cumplir y respetar en su consagración como presbíteros, el segundo capitulo trata de los ministerios de los presbíteros como las funciones de estos que es promulgar la Palabra de Dios. Son ministros de los sacramentos y rectores del pueblo de Dios quiere decir que ellos son los encargados de llevarnos a nosotros los cristianos por el camino de nuestro señor para llegar a una vida eterna, y el tercer capitulo nos habla de la vida de estos, como las vocaciones que tienen que cumplir, también  las exigencias espirituales y los recursos para la vida de estos, aquí vemos que los presbíteros tiene que estar de tiempo completo dedica a Dios para cumplir su tarea al 100%.


  


DECRETO
PRESBYTERORUM ORDINIS

SOBRE EL MINISTERIO Y LA VIDA DE LOS PRESBÍTEROS


PROEMIO
Repetidas veces ha traído este Sagrado Concilio a la memoria de todos la excelencia del Orden de los presbíteros en la Iglesia. Y como se asignan a este Orden en la renovación de la Iglesia influjos de suma trascendencia y más difíciles cada día, ha parecido muy útil tratar más amplia y profundamente de los presbíteros. Lo que aquí se dice se aplica a todos los presbíteros, en especial a los que se dedican a la cura de almas, haciendo las salvedades debidas con relación a los presbíteros religiosos. Pues los presbíteros, por la ordenación sagrada y por la misión que reciben de los obispos, son promovidos para servir a Cristo Maestro, Sacerdote y Rey, de cuyo ministerio participan, por el que la Iglesia se constituye constantemente en este mundo Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo. Por lo cual este Sagrado Concilio declara y ordena lo siguiente para que el ministerio de los presbíteros se mantenga con más eficacia en las circunstancias pastorales y humanas, tan radicalmente cambiadas muchas veces, y se atienda mejor a su vida. 



CAPÍTULO I
EL PRESBITERADO EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA

Naturaleza del presbiterado
Condición de los presbíteros en el mundo
 Los presbíteros, tomados de entre los hombres y constituidos en favor de los mismos en las cosas que miran a Dios para ofrecer ofrendas y sacrificios por los pecados moran con los demás hombres como con hermanos.

CAPÍTULO II
MINISTERIO DE LOS PRESBÍTEROS

I. FUNCIONES DE LOS PRESBÍTEROS
Los presbíteros, ministros de la palabra de Dios
 El Pueblo de Dios se reúne, ante todo, por la palabra de Dios vivo, que con todo derecho hay que esperar de la boca de los sacerdotes.
Los presbíteros, ministros de los sacramentos y de la Eucaristía
Dios, que es el solo Santo y Santificador, quiso tener a los hombres como socios y colaboradores suyos, a fin de que le sirvan humildemente en la obra de la santificación.
Los presbíteros, rectores del pueblo de Dios
 Los presbíteros, ejerciendo según su parte de autoridad el oficio de Cristo Cabeza y Pastor, reúnen, en nombre del obispo, a la familia de Dios, como una fraternidad unánime, y la conducen a Dios Padre por medio de Cristo en el Espíritu
II. RELACIONES DE LOS PRESBÍTEROS
CON OTRAS PERSONAS
Relación entre los obispos y los presbíteros
Todos los presbíteros, juntamente con los obispos, participan de tal modo el mismo y único sacerdocio y ministerio de Cristo, que la misma unidad de consagración y de misión exige una unión jerárquica de ellos con el Orden de los obispos, unión que manifiestan perfectamente a veces en la concelebración litúrgica, y unidos a los cuales profesan que celebran la comunión eucarística.
Unión y cooperación fraterna entre los presbíteros
Los presbíteros, constituidos por la Ordenación en el Orden del Presbiterado, están unidos todos entre sí por la íntima fraternidad sacramental, y forman un presbiterio especial en la diócesis a cuyo servicio se consagran bajo el obispo propio.
Trato de los presbíteros con los seglares
Los sacerdotes del Nuevo Testamento, aunque por razón del Sacramento del Orden ejercen el ministerio de padre y de maestro, importantísimo y necesario en el pueblo y para el pueblo de Dios, sin embargo, son, juntamente con todos los fieles cristianos, discípulos del Señor, hechos partícipes de su reino por la gracia de Dios que llama.
III. DISTRIBUCIÓN DE LOS PRESBÍTEROS
Y VOCACIONES SACERDOTALES
 El don espiritual que recibieron los presbíteros en la ordenación no los dispone para una misión limitada y restringida, sino para una misión amplísima y universal de salvación "hasta los extremos de la tierra" porque cualquier ministerio sacerdotal participa de la misma amplitud universal de la misión confiada por Cristo a los apóstoles.
Atención de los presbíteros a las vocaciones sacerdotales
El Pastor y Obispo de nuestras almas constituyó su Iglesia de forma que el Pueblo que eligió y adquirió con su sangre debía tener sus sacerdotes siempre, y hasta el fin del mundo, para que los cristianos no estuvieran nunca como ovejas sin pastor.

CAPÍTULO III
LA VIDA DE LOS PRESBÍTEROS

I. VOCACIÓN DE LOS PRESBÍTEROS
A LA PERFECCIÓN
Por el Sacramento del Orden los presbíteros se configuran con Cristo Sacerdote, como miembros con la Cabeza, para la estructuración y edificación de todo su Cuerpo, que es la Iglesia, como cooperadores del orden episcopal.
El ejercicio de la triple función sacerdotal requiere
y favorece a un tiempo la santidad
Los presbíteros conseguirán propiamente la santidad ejerciendo sincera e infatigablemente en el Espíritu de Cristo su triple función.
Por ser ministros de la palabra de Dios, leen y escuchan diariamente la palabra divina que deben enseñar a otros; y si al mismo tiempo procuran recibirla en sí mismos, irán haciéndose discípulos del Señor cada vez más perfectos, según las palabras del apóstol Pablo a Timoteo: "Esta sea tu ocupación, éste tu estudio: de manera que tu aprovechamiento sea a todos manifiesto.
Unidad y armonía de la vida de los presbíteros
Siendo en el mundo moderno tantos los cargos que deben desempeñar los hombres y tanta la diversidad de los problemas, que los angustian y que muchas veces tienen que resolver precipitadamente, no es raro que se vean en peligro de desparramarse en mil preocupaciones.
II. EXIGENCIAS ESPIRITUALES CARACTERÍSTICAS
EN LA VIDA DE LOS PRESBÍTEROS
Humildad y obediencia
Entre las virtudes principalmente requeridas en el ministerio de los presbíteros hay que contar aquella disposición de alma por la que están siempre preparados a buscar, no su voluntad, sino la voluntad de quien los envió.
Hay que abrazar el celibato y apreciarlo como una gracia
La perfecta y perpetua continencia por el reino de los cielos, recomendada por nuestro Señor, aceptada con gusto y observada plausiblemente en el decurso de los siglos e incluso en nuestros días por no pocos fieles cristianos, siempre ha sido tenida en gran aprecio por la Iglesia, especialmente para la vida sacerdotal.
Posición respecto al mundo y los bienes terrenos, y pobreza voluntaria
Por la amigable y fraterna convivencia mutua y con los demás hombres, pueden aprender los presbíteros a cultivar los valores humanos y a apreciar los bienes creados como dones de Dios.
III. RECURSOS PARA LA VIDA DE LOS PRESBÍTEROS
Recursos para fomentar la vida espiritual
Para que los presbíteros puedan fomentar la unión con Cristo en todas las circunstancias de la vida, además del ejercicio consciente de su ministerio, cuentan con los medios comunes y particulares, nuevos y antiguos, que nunca deja de suscitar en el pueblo de Dios el Espíritu Santo, y que la Iglesia recomienda, e incluso manda alguna vez, para la santificación de sus miembros.

Estudio y ciencia pastoral
En el sagrado rito de la Ordenación el obispo recomienda a los presbíteros que "estén maduros en la ciencia" y que su doctrina sea "medicina espiritual para el pueblo de Dios". Pero la ciencia de un ministro sagrado debe ser sagrada, porque emana de una fuente sagrada y a un fin sagrado se dirige.
Hay que proveer la justa remuneración de los presbíteros
Los presbíteros, entregados al servicio de Dios en el cumplimiento de la misión que se les ha confiado, son dignos de recibir la justa remuneración, porque "el obrero es digno de su salario", y "el Señor ha ordenado a los que anuncian el Evangelio que vivan del Evangelio"
Hay que establecer fondos comunes de bienes
y ordenar una previsión social en favor de los presbíteros
Téngase siempre presente el ejemplo de los cristianos en la primitiva Iglesia de Jerusalén, en la que "todo lo tenían en común" "y a cada uno se le repartía según su necesidad".
















CONCLUSIÓNES

Este Sagrado Concilio, aun teniendo presente los gozos de la vida sacerdotal, no puede olvidar las dificultades en que se ven los presbíteros en las actuales circunstancias de la vida de hoy.
También cuánto se transforman las condiciones económicas y sociales e incluso las costumbres humanas, y cuánto se muda el orden de valores en el aprecio de los hombres por lo cual los ministros de la Iglesia, e incluso muchas veces los fieles cristianos, se sienten en este mundo como ajenos a él.
Los nuevos impedimentos que obstaculizan la fe, la aparente esterilidad del trabajo realizado, y la soledad que sienten pueden ponerles en peligro de que decaigan sus ánimos.
Dios nos amó de tal forma al mundo, cual hoy se confía al amor y al ministerio de los presbíteros de la Iglesia, que dio por él a su Hijo Unigénito.
Mientras se impulsa a la Iglesia a abrir nuevos caminos para llegar al mundo de este tiempo, sugiere también y alienta las convenientes acomodaciones del ministerio sacerdotal.
el Señor Jesús, que dijo: "Confiad, yo he vencido al mundo"  no prometió a su Iglesia con estas palabras una victoria completa en este mundo.
Todas y cada una de las cosas de este Decreto fueron del agrado de los Padres del Sacrosanto Concilio.

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