Introducción
Bueno lo que se
presentara continuación es acerca del decreto Presbyterorum Ordinis que trata
acerca de las ordenes de los presbíteros y como es la vida de estos.
Este decreto
esta dividido en 3 capítulos y nos habla de la misión de los presbíteros en la
iglesia, las condiciones que deben cumplir y respetar en su consagración como presbíteros,
el segundo capitulo trata de los ministerios de los presbíteros como las funciones
de estos que es promulgar la Palabra de Dios. Son ministros de los sacramentos
y rectores del pueblo de Dios quiere decir que ellos son los encargados de
llevarnos a nosotros los cristianos por el camino de nuestro señor para llegar
a una vida eterna, y el tercer capitulo nos habla de la vida de estos, como las
vocaciones que tienen que cumplir, también las exigencias espirituales y los recursos
para la vida de estos, aquí vemos que los presbíteros tiene que estar de tiempo
completo dedica a Dios para cumplir su tarea al 100%.
DECRETO
PRESBYTERORUM ORDINIS
SOBRE EL MINISTERIO Y LA VIDA DE LOS PRESBÍTEROS
PRESBYTERORUM ORDINIS
SOBRE EL MINISTERIO Y LA VIDA DE LOS PRESBÍTEROS
PROEMIO
Repetidas veces ha traído este Sagrado Concilio a
la memoria de todos la excelencia del Orden de los presbíteros en la Iglesia. Y
como se asignan a este Orden en la renovación de la Iglesia influjos de suma
trascendencia y más difíciles cada día, ha parecido muy útil tratar más amplia
y profundamente de los presbíteros. Lo que aquí se dice se aplica a todos los
presbíteros, en especial a los que se dedican a la cura de almas, haciendo las
salvedades debidas con relación a los presbíteros religiosos. Pues los
presbíteros, por la ordenación sagrada y por la misión que reciben de los
obispos, son promovidos para servir a Cristo Maestro, Sacerdote y Rey, de cuyo
ministerio participan, por el que la Iglesia se constituye constantemente en
este mundo Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo y Templo del Espíritu Santo. Por lo
cual este Sagrado Concilio declara y ordena lo siguiente para que el ministerio
de los presbíteros se mantenga con más eficacia en las circunstancias
pastorales y humanas, tan radicalmente cambiadas muchas veces, y se atienda
mejor a su vida.
CAPÍTULO I
EL PRESBITERADO EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA
EL PRESBITERADO EN LA MISIÓN DE LA IGLESIA
Naturaleza del presbiterado
Condición de los presbíteros en el mundo
Los
presbíteros, tomados de entre los hombres y constituidos en favor de los mismos
en las cosas que miran a Dios para ofrecer ofrendas y sacrificios por los
pecados moran con los demás hombres como con hermanos.
CAPÍTULO II
MINISTERIO DE LOS PRESBÍTEROS
MINISTERIO DE LOS PRESBÍTEROS
I. FUNCIONES DE LOS PRESBÍTEROS
Los presbíteros, ministros de la palabra de Dios
El Pueblo de
Dios se reúne, ante todo, por la palabra de Dios vivo, que con todo derecho hay
que esperar de la boca de los sacerdotes.
Los presbíteros, ministros de los sacramentos y de
la Eucaristía
Dios, que es el solo Santo y Santificador, quiso
tener a los hombres como socios y colaboradores suyos, a fin de que le sirvan
humildemente en la obra de la santificación.
Los presbíteros, rectores del pueblo de Dios
Los
presbíteros, ejerciendo según su parte de autoridad el oficio de Cristo Cabeza
y Pastor, reúnen, en nombre del obispo, a la familia de Dios, como una
fraternidad unánime, y la conducen a Dios Padre por medio de Cristo en el
Espíritu
II. RELACIONES DE LOS PRESBÍTEROS
CON OTRAS PERSONAS
CON OTRAS PERSONAS
Relación entre los obispos y los presbíteros
Todos los presbíteros, juntamente con los obispos,
participan de tal modo el mismo y único sacerdocio y ministerio de Cristo, que
la misma unidad de consagración y de misión exige una unión jerárquica de ellos
con el Orden de los obispos, unión que manifiestan perfectamente a veces en la
concelebración litúrgica, y unidos a los cuales profesan que celebran la
comunión eucarística.
Unión y cooperación fraterna entre los presbíteros
Los presbíteros, constituidos por la Ordenación en
el Orden del Presbiterado, están unidos todos entre sí por la íntima
fraternidad sacramental, y forman un presbiterio especial en la diócesis a cuyo
servicio se consagran bajo el obispo propio.
Trato de los presbíteros con los seglares
Los sacerdotes del Nuevo Testamento, aunque por
razón del Sacramento del Orden ejercen el ministerio de padre y de maestro,
importantísimo y necesario en el pueblo y para el pueblo de Dios, sin embargo,
son, juntamente con todos los fieles cristianos, discípulos del Señor, hechos
partícipes de su reino por la gracia de Dios que llama.
III. DISTRIBUCIÓN DE LOS PRESBÍTEROS
Y VOCACIONES SACERDOTALES
Y VOCACIONES SACERDOTALES
El don
espiritual que recibieron los presbíteros en la ordenación no los dispone para
una misión limitada y restringida, sino para una misión amplísima y universal
de salvación "hasta los extremos de la tierra" porque cualquier
ministerio sacerdotal participa de la misma amplitud universal de la misión
confiada por Cristo a los apóstoles.
Atención de los presbíteros a las vocaciones
sacerdotales
El Pastor y Obispo de nuestras almas constituyó
su Iglesia de forma que el Pueblo que eligió y adquirió con su sangre debía
tener sus sacerdotes siempre, y hasta el fin del mundo, para que los cristianos
no estuvieran nunca como ovejas sin pastor.
CAPÍTULO III
LA VIDA DE LOS PRESBÍTEROS
LA VIDA DE LOS PRESBÍTEROS
I. VOCACIÓN DE LOS PRESBÍTEROS
A LA PERFECCIÓN
Por el Sacramento del Orden los presbíteros se
configuran con Cristo Sacerdote, como miembros con la Cabeza, para la
estructuración y edificación de todo su Cuerpo, que es la Iglesia, como
cooperadores del orden episcopal.
El ejercicio de la triple función sacerdotal
requiere
y favorece a un tiempo la santidad
y favorece a un tiempo la santidad
Los presbíteros conseguirán propiamente la santidad
ejerciendo sincera e infatigablemente en el Espíritu de Cristo su triple
función.
Por ser ministros de la palabra de Dios, leen y
escuchan diariamente la palabra divina que deben enseñar a otros; y si al mismo
tiempo procuran recibirla en sí mismos, irán haciéndose discípulos del Señor
cada vez más perfectos, según las palabras del apóstol Pablo a Timoteo:
"Esta sea tu ocupación, éste tu estudio: de manera que tu aprovechamiento
sea a todos manifiesto.
Unidad y armonía de la vida de los presbíteros
Siendo en el mundo moderno tantos los cargos que
deben desempeñar los hombres y tanta la diversidad de los problemas, que los
angustian y que muchas veces tienen que resolver precipitadamente, no es raro
que se vean en peligro de desparramarse en mil preocupaciones.
II. EXIGENCIAS ESPIRITUALES CARACTERÍSTICAS
EN LA VIDA DE LOS PRESBÍTEROS
EN LA VIDA DE LOS PRESBÍTEROS
Humildad y obediencia
Entre las virtudes principalmente requeridas en el
ministerio de los presbíteros hay que contar aquella disposición de alma por la
que están siempre preparados a buscar, no su voluntad, sino
la voluntad de quien los envió.
Hay que abrazar el celibato y apreciarlo como una
gracia
La perfecta y perpetua continencia por el reino de
los cielos, recomendada por nuestro Señor, aceptada con gusto y observada
plausiblemente en el decurso de los siglos e incluso en nuestros días por no pocos
fieles cristianos, siempre ha sido tenida en gran aprecio por la Iglesia,
especialmente para la vida sacerdotal.
Posición respecto al mundo y los bienes terrenos, y
pobreza voluntaria
Por la amigable y fraterna convivencia mutua y con
los demás hombres, pueden aprender los presbíteros a cultivar los valores
humanos y a apreciar los bienes creados como dones de Dios.
III. RECURSOS PARA LA VIDA DE LOS PRESBÍTEROS
Recursos para fomentar la vida espiritual
Para que los presbíteros puedan fomentar la unión
con Cristo en todas las circunstancias de la vida, además del ejercicio
consciente de su ministerio, cuentan con los medios comunes y particulares,
nuevos y antiguos, que nunca deja de suscitar en el pueblo de Dios el Espíritu
Santo, y que la Iglesia recomienda, e incluso manda alguna vez, para la santificación
de sus miembros.
Estudio y ciencia pastoral
En el sagrado rito de la Ordenación el obispo
recomienda a los presbíteros que "estén maduros en la ciencia" y que
su doctrina sea "medicina espiritual para el pueblo de Dios". Pero la
ciencia de un ministro sagrado debe ser sagrada, porque emana de una fuente
sagrada y a un fin sagrado se dirige.
Hay que proveer la justa remuneración de los
presbíteros
Los presbíteros, entregados al servicio de Dios en
el cumplimiento de la misión que se les ha confiado, son dignos de recibir la
justa remuneración, porque "el obrero es digno de su salario", y
"el Señor ha ordenado a los que anuncian el Evangelio que vivan del
Evangelio"
Hay que establecer fondos comunes de bienes
y ordenar una previsión social en favor de los presbíteros
y ordenar una previsión social en favor de los presbíteros
Téngase siempre presente el ejemplo de los
cristianos en la primitiva Iglesia de Jerusalén, en la que "todo lo tenían
en común" "y a cada uno se le repartía según su necesidad".
CONCLUSIÓNES
Este Sagrado Concilio, aun teniendo presente los
gozos de la vida sacerdotal, no puede olvidar las dificultades en que se ven
los presbíteros en las actuales circunstancias de la vida de hoy.
También cuánto se transforman las condiciones
económicas y sociales e incluso las costumbres humanas, y cuánto se muda el
orden de valores en el aprecio de los hombres por lo cual los ministros de la
Iglesia, e incluso muchas veces los fieles cristianos, se sienten en este mundo
como ajenos a él.
Los nuevos impedimentos que obstaculizan la fe, la
aparente esterilidad del trabajo realizado, y la soledad que sienten pueden
ponerles en peligro de que decaigan sus ánimos.
Dios nos amó de tal forma al mundo, cual hoy se
confía al amor y al ministerio de los presbíteros de la Iglesia, que dio por él
a su Hijo Unigénito.
Mientras se impulsa a la Iglesia a abrir nuevos
caminos para llegar al mundo de este tiempo, sugiere también y alienta las
convenientes acomodaciones del ministerio sacerdotal.
el Señor Jesús, que dijo: "Confiad, yo he
vencido al mundo" no prometió a su
Iglesia con estas palabras una victoria completa en este mundo.
Todas y cada una de las cosas de este Decreto
fueron del agrado de los Padres del Sacrosanto Concilio.
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